Es la temperatura a la cual una grasa o aceite comestible comienza a descomponerse. El proceso de descomposición se hace visible con la presencia del humo al sobrecalentarse, pero lo que ocurre a nivel interno es que los triglicéridos se separan en ácidos grasos y glicerol. El glicerol seguidamente se transforma en una sustancia algo irritante y tóxica conocida con el nombre de acroleína.
El punto de humeo es notablemente mayor en las grasas de tipo refinadas, por lo cual, freír con grasas como el aceite extravirgen es más bien un mito, una falsa creencia, nadie duda de sus beneficios para la salud, pero utilizar este tipo de grasa para freír es erróneo ya que pierde todas sus propiedades.