¿Cómo no resaltar la fecha de hoy si en mi pueblo oriental el 8 de septiembre se celebra el día de nuestra patrona la Virgen del Valle?
Curioso para mí, cuando era niño, que cada vez que se iba a Margarita me decían que debía ir a saludar a mi madrina. Íbamos al santuario de la Virgen en El Valle y le llevábamos flores. Tremenda sorpresa que revisando entre el álbum de mis fotos cuando era niño encontrara la tarjeta de mi bautizo y entre mis madrinas figurara literalmente Nstra. Sra Del Valle. Una forma para mi familia de encargarle mi vida a la patrona del oriente venezolano.
No se me hizo extraño desde entonces entender la gran cantidad de manifestaciones culturales del pueblo por estas fechas, desde hacerle vestidos a las imagencitas que tienen en las casas y llenarlas de flores, pasando por los bailes y comidas que se reúnen a hacer las familias en las calles con los vecinos y llegando al paseo por el mar de la imagen de la Virgen con tanta gente en lanchas. Ferias y fiestas, rezos y misas, cultura y religión se unen en esta fecha especial.
La primera vez que me bajé del ferry en la Isla de Margarita para comenzar la escuela de cocina, recuerdo que me recibieron montanas llenas de araguaneyes minados de flores amarillas, era un 2 de mayo, parecían montañas de oro.
Entre la brisa cálida y un cielo azul intenso, propios de la isla, me fui directo al Valle y como de costumbre, y siguiendo el consejo de mi familia, le llevé flores a Vallita, como cariñosamente le decimos, y le encomendé mi estancia en la isla: que fuera ella quien guiara mis pasos en este nuevo camino.
Hoy, unos años más tarde, me uno a la celebración de mi pueblo oriental desde Florencia, agradeciendo, como todos ellos, que el manto de la virgen me haya acompañado en el transcurso de mi vida y pidiendo regale paz y unión a nuestro pueblo venezolano.