Para mí Venezuela es dulce, tan dulce como un golfeado con melao de papelón.

El golfeado, es una especie de pan dulce enrollado en forma de caracol que sin duda alguna se ha convertido en uno de los dulces típicos más buscado por los venezolanos, deliciosos, esponjosos, suaves y están llenos de un melao hecho de papelón, queso blanco salado y aromatizado con anís dulce.

El origen de los golfeados se remonta a Petare que hoy en día es la ciudad capital del Municipio Sucre en el Estado Miranda; específicamente en la primera mitad del siglo pasado, cuando era un pueblo alejado de otros caseríos, en el que los viajeros hacían parada para proveerse de alimentos y continuar su viaje. Señalan como los autores de esta receta a los hermanos Genaro y María Duarte quienes en la calle Libertad de este famoso lugar, sacaban humeantes bandejas de este maravilloso dulce.

No obstante prefiero aclarar que es una de las versiones que se dan del origen del característico golfeado. Recuerdo que cuando estudiaba en la universidad, en Los Teques, eran buenísimos los que vendían en la carretera Panamericana, donde sin duda también se adjudicaban el origen de este inigualable dulce.

Es interesantísimo el contraste de sabor entre el dulce del melado de papelón y el salado de nuestro queso fresco: una de las características de la cocina venezolana, mezcla de sabores y texturas que deleitan los paladares de grandes y pequeños.

El golfeado tibio con un trocito de queso de mano es insuperable. El golfeado es mi tierra, es recuerdos, es Venezuela…